Friday, December 23, 2005


Interñet es un paniuelo
Por Daniel Héctor
ilustracion: Logan


La diversidad linguística está siendo amenazada en la Red, un entorno donde el idioma inglés y su dialecto cybertécnico, ejercen prepotente hegemonía.


“Bajemos, pues y confundamos su lengua de modo que no se entiendan unos a otros"
(Gen 7,11)

Los profetas bíblicos creyeron explicar, en la leyenda de la torre de Babel, el fenómeno de la diversidad de las lenguas, ellos pensaban: la unidad de la lengua favorece la unión de las personas, la unión hace la fuerza y la fuerza templa el orgullo, que lleva al hombre a desafiar al mismo Dios.
Es fácil dejarse llevar por este sencillo razonamiento, aún hoy, muchos pueden todavía suponer que las relaciones humanas serían más fluidas, si hubiera un mismo idioma para todos los pueblos del planeta. Pero la historia se empeña en demostrar que el hombre, tiene una capacidad innata para alterar el idioma y adaptarlo de acuerdo a sus necesi
dades y que, además, esta aptitud fue determinante para su evolución social.
Los imperios utilizaron la unidad lingüística compulsiva, como un instrumento de dominación, pero esto no impidió el surgimiento de nuevas lenguas y la supervivencia de las ya existentes.
La identidad cultural está indisolublemente unida a la lengua, tal es así que en cuanto aparecen diferencias culturales entre las comunidades, estas inventan dialectos, lenguajes o jergas para poder expresar y comunicar mejor, su particular y propia manera de ver el mundo.
Juan Luis Cebrián dice que el destino de todas las lenguas es ser violadas, penetradas, esta connotación sexual nos induce a relacionar el origen de las lenguas, con el origen de las especies.
Los seres en la naturaleza se engendran no se clonan, las lengu
as nacen, se mestizan y se multiplican para mantenerse vivas, las culturas clonadas e impuestas son asexuadas y al no reproducirse, terminan marchitándose.






















La brecha Idiomática
Más allá de las especulaciones militares y estratégicas que llevaron al Pentágono, a financiar Arpanet, (la primera red telemática en Estados Unidos y el mundo), este proyecto estaba orientado al intercambio de información, entre usuarios de distintas computadoras interconectadas entre sí. Para entenderse era necesario entonces establecer códigos, normas, convenciones y protocolos; que se elaboraron en base al idioma inglés, ya que éste era el idioma de los diseñ
adores y, fundamentalmente, porque ya por esos tiempos era el idioma preponderante entre las comunidades científicas del mundo. Mas adelante, cuando Internet se difundió en el resto del mundo, llevado de la mano de grandes empresas multinacionales norteamericanas, el inglés y la incipiente jerga cybertécnica fueron consagrados, como el idioma oficial del hiperespacio.
A fines de los noventa, consultoras (angloparlantes), i
nformaban que el 80 por ciento de los sitios internacionales (sites) estaban en inglés, dando cuenta de lo que ellos suponían una hegemonía irreversible.
Estas consideraciones no serían relevantes si no fuera que Internet, es el primer medio transnacional en donde el idioma realmente cuenta, a diferencia del cine o la TV, dónde las imágenes son las verdaderas protagonistas.
Tenemos que admitir que uno de los méritos conseg
uidos por Internet, fue hacer que mucha gente volviera a escribir, a través de los chats, participando en foros o por el uso del popular email (correo electrónico).Pero como el medio es el mensaje , estas herramientas propiciaron nuevos ritmos en el lenguaje; frases cortas, comunicación veloz, al grano, sin rodeos, contracciones, (un verdadero código cripto-telegráfico), ayudado también por el uso de pequeñas imágenes (iconos provistos por las empresas) que expresan instantáneamente nuestras emociones y sentimientos (emoticons).
La apropiación que ciudadanos de todo el mundo están haciendo de Internet, en estos últimos años, ha hecho que instituciones y empresas que antes difundían sus productos y servicios en inglés, ahora pongan más interés en este creciente mercado multilingual, lo q
ue provoca una fuerte expansión de la diversidad de sitios y páginas con contenidos en distintos idiomas. Si bien este hecho es auspicioso, ya que sirve para achicar la gran brecha idiomática, esto demuestra por otro lado que el interés económico es la única motivación movilizante en la Red y, mientras así suceda, esta crecerá de acuerdo a criterios que no son precisamente los que las sociedades necesitan.
El peso del idioma español en el mundo virtual es pobre y no corre parejo con la población de 400 millones de hispanoparlantes, repartido
s en una veintena de países en el mundo real. Si tenemos en cuenta que, la cantidad de sitios web en un idioma, es proporcional al número de internautas en ese mismo idioma, es fácil comprender que la mejor forma de promover el uso de una lengua en la red, es facilitando el acceso universal y económico a ella de sus hablantes. Y esto se ve claramente en los casos de la lengua francesa y la alemana, que debido al fuerte y sostenido apoyo de los respectivos gobiernos, han conseguido una presencia virtual importantísima, teniendo en cuenta su reducido número de hablantes.
Como todos sabemos la cantidad no hace a la calidad, hoy es más difícil que nunca, descartar información (la mala) que encontrarla (la buena), tal vez por eso, podemos decir que no es tan importante la cantidad de páginas, sino contar con herramientas útiles a la hora de estudiar, investigar, trabajar, comunicarse
e informarse. El mercado propone, solamente, infinitas propuestas para transformarnos en marionetas consumidoras.
Como en todo lugar en donde se enseñorea Don Dinero, en
Internet nada se regala, solo podemos acceder a determinada cantidad de páginas, la denominada Web pública. La gran mayoría de los contenidos están restringidos y sólo son accesibles vía pago de peaje, la Web oculta.
El intento de derribar las murallas idiomáticas, condujo a di
señadores de software a desarrollar traductores automáticos. La aparición de infinidad de estos traductores on line, prometía ser el gran puente de entendimiento entre las lenguas; poder navegar por la red, entrar en páginas de cualquier nacionalidad y entenderlas sin necesidad de conocer los diferentes idiomas. Pero esta promesa no se hace realidad, como dice el refrán: El que traduce, traiciona (traduttore, traditore), el resultado de las traducciones es decepcionante, el traductor-robot no entiende modismos, localismos, complejidades y mucho menos la riqueza de las lenguas, hay que traducir al traductor ya que generalmente el resultado son frases sin sentido. A pesar de todo, las empresas no se rinden, y siguen trabajando ahora en software de conversión habla - texto y viceversa, sistemas automáticos de conversación, traductores multilingües inteligentes. Habrá que esperar que estas maravillas tecnológicas funcionen, y si lo hacen que no conviertan al habla en un cocoliche lavado e impersonal, muy al estilo de los robots de la guerra de las galaxias.
En estos últimos tiempos el inglés ha ido perdiendo terreno frente a otras lenguas, en el año 2003, de acuerdo a la fundación funredes http://www.funredes.org , el porcentaje de páginas web en inglés era del 45 por ciento, mientras que el español 4,8.

Pero más que una cuestión de números y porcentajes, de tildes y letras ñ, de decir ratón o Mouse, es necesario comprender en este mundo que se dice sin fronteras, que los hombres necesitan estar unidos en la diversidad (unitas in pluribus,), ya que la identidad y el lenguaje no son inmutables, pero andan siempre juntos, por una senda que tiene un solo rumbo, la convicción fraternal de nuestro prójimo.




1 Comments:

Blogger Franco said...

Hey.
Muy buen texto periodístico, con data y con una fundamentación que revela lecturas y reflexiones abundantes.
Recordaré este nombre (Burns dixit).

6:07 AM  

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